¿Qué es la Psicología Jurídica? ¿Para qué sirve la Psicología Jurídica?

¿Cómo me puede ayudar en mi vida esta rama de la psicología?

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Las relaciones entre la psicología y el derecho son numerosas. La psicología jurídica es la unión de la psicología y el derecho. Distinguimos dentro de ella, la psicología del derecho (psicología legal), la psicología en el derecho (psicología judicial) y la psicología para el derecho (psicología forense).

La psicología forense interviene en diferentes áreas como son: procesal civil, criminológica, procesal penal, penitenciaria, procesal del menor, procesal laboral, procesal contencioso-administrativa, etc.

Algunos de los casos más comunes en los que se solicitan evaluaciones psicológicas forenses son: mobbing o acoso laboral, accidentes laborales, bullying o acoso escolar, abusos sexuales, incapacitaciones, procesos de divorcio, violencia de género, etc. En todos estos casos, un análisis psicológico exhaustivo será de gran ayuda para evaluar el estado psicológico actual de las personas afectadas.

La psicología forense, por lo tanto, es la rama de la psicología cuya finalidad es colaborar con los magistrados que deben resolver un proceso judicial. Se trata de una intersección entre la psicología y el sistema jurídico. Los psicólogos forenses aportan los datos psicológicos que sean útiles en el marco de un juicio. La psicología forense puede aportar información valiosa que ayude a la resolución judicial en prácticamente todo tipo de casos judiciales.

En este artículo nos centraremos en explicar la labor del psicólogo forense en el derecho de familia.

Los peritajes en derecho de familia son muy solicitados. Encontramos diferentes tipos de casos susceptibles de ser psicológicamente peritados. La demanda de peritajes psicológicos en este ámbito se produce para aclarar dudas respecto a la Guarda y Custodia, Visitas de los progenitores, Patria Potestad u otras cuestiones susceptibles de evaluación. También se solicita la evaluación psicológica de las causas de nulidad civil del matrimonio, en casos de exclusiones de patria potestad, etc.

Los casos más habituales versan sobre cuestiones sobre la Guarda y Custodia (en aspectos como la atribución inicial, los cambios de custodia, la valoración de la influencia psicológica de cambios en el entorno materno o paterno, seguimientos técnicos y programas de intervención); diseños y supervisión técnica de los programas de Regímenes de Visitas; Adopciones y Acogimientos Familiares (evaluación psicológica de los implicados en este tipo de procedimientos).

En los casos de divorcio, las actuaciones que se suelen efectuar son: evaluación individual de cada uno de los cónyuges; evaluación individual de cada uno de los hijos del matrimonio; evaluación de los sistemas o patrones de relación existentes entre los hijos, y de todos y cada uno de los hijos con cada uno de sus progenitores; análisis de la influencia que, en su caso, puedan ejercer otras terceras personas (nuevas parejas por ejemplo) en la dinámica familiar, etc.

En los adultos exploramos su situación coyuntural, las relaciones con su familia y con terceros, la forma en que perciben la separación o el divorcio, así como sus estructuras de personalidad, y sus niveles de adaptación o integración al medio.

Escuchamos sus hábitos y técnicas de crianza y sus habilidades educativas en general. En los menores valoramos la situación en que se encuentran, el grado de conocimientos e implicación en el problema, su percepción y planteamientos o reacciones ante la separación o divorcio de sus padres, su adaptación a la nueva situación y cómo se está formando su personalidad.

Posteriormente, con todas las fuentes de información exploradas, el psicólogo forense o perito redacta su informe pericial, con el objetivo de ayudar de forma objetiva a aportar datos relevantes en el caso concreto para el que está trabajando.

Rosana Pablo Escribano