Depresión o tristeza: cuando estamos deprimidos y no lo sabemos

Podemos ayudarte a superar tu depresión, pregúntanos!!!

No es lo mismo estar triste que estar deprimido

¿Has sentido alguna vez que te cuesta mucho esfuerzo levantarte y arrancar por las mañanas? ¿Has notado que desde hace algún tiempo ya no eres el mismo? ¿Has sentido que funcionas como autómata haciendo las cosas de siempre pero sin experimentar nunca sentimientos agradables? ¿te resulta un esfuerzo y un gasto de energía importante relacionarte con los tuyos y sientes que cuando estás a solas estás más serio, cabizbajo, retraído? ¿sientes que tienes que forzarte a sonreír y hablas menos de lo habitual? ¿Sueles despertarte de madrugada y no consigues volver a dormir? ¿Sueles estar muy inquieto e intranquilo y tienes dificultades para concentrarte en tareas que antes disfrutabas, como leer?

Si reconoces algunos o la mayoría de estos síntomas es probable que estés ante una depresión encubierta

A veces estos síntomas se instalan durante largos periodos de tiempo y las personas a nuestro alrededor comienzan a manifestar que no se nos puede hablar, que estamos más irascibles e irritables de lo normal. A veces, intentando calmarnos a través del consumo de alcohol, de la comida, del chocolate o de los dulces, pero cada vez nuestro ánimo empeora más.

No estamos tristes, estamos como forzando el bienestar, llevamos todo el tiempo una especie de máscara puesta que nos ayuda a relacionarnos en nuestra familia o en el trabajo, pero por dentro nos notamos desgastados, agotados, derrotados.

diferencias entre depresión y tristeza

Por fuera, podemos estar no tanto tristes como más bien ansiosos, irritables, enfadados sin motivo, saltones y reactivos ante cualquier cosa, intolerantes ante la mínima. Nosotros sufrimos y los demás también nos sufren.

La ausencia de sentimientos de tristeza explícitos nos confunde, pero en cuanto algo nos afecta demasiado podemos caer en un llanto injustificado, inesperado, o bien en una cierta emocional que muchas veces achacamos al tiempo, a las hormonas o al ambiente cercano, pero que en realidad proviene de nuestro interior y de algo que no va bien allí, en nuestro mundo interno. Se agolpan los sentimientos de impotencia, de frustración.

Nos sentimos a veces pequeños e incapaces de afrontar los desafíos propios de la vida y el sentirnos así poco a poco nos va minando por dentro, aunque por fuera parecemos funcionar con normalidad y damos lo que se espera de nosotros.

Quien nos pueda mirar con atención, detenimiento y algo de cariño, notará si se detiene un poco en nosotros con interés, que algo nos pasa, que no estamos como siempre, que no somos los de antes. Podrá observar de forma casi imperceptible que nuestra sonrisa, no se corresponde a veces con la sombra de revela nuestra mirada, o con lo caídas que están nuestras cejas o nuestros párpados… los que nos conocen a veces pueden vernos e insisten en que busquemos ayuda.

A veces nosotros mismos nos percatamos de estos cambios cuando nos detenemos a observarnos. En nuestro centro, todos los psicólogos tenemos amplia experiencia en detectar estas señales tan ambiguas, que configuran lo que se llama depresión encubierta o enmascarada, uno de los malestares anímicos más comunes de nuestra época. Si tienes dudas, ven a vernos. En una primera entrevista sin coste podemos valorar tu estado de ánimo y asesorarte acerca de la mejor forma de recuperarte.

Atenderlo a tiempo ayuda, y si llevas ya tiempo sintiéndote así, piensa que se puede salir de allí, que te recuperarás con ayuda especializada, contando con un lugar de descanso y reparación, adonde recobrar las fuerzas que perdiste.